miércoles, 30 de julio de 2008

Ensayos

El momento cuando alguien se plantea escalar por primera vez, las sensaciones que se viven son únicas y excepcionales, al contrario de lo que se suele pensar, se acentúa con cada escalada, no es algo que desaparezca de manera paulatina, simplemente es una sensación que cambia, que madura con el tiempo y la experiencia.

Nos podemos remitir a las primeras ascensiones, me refiero a cuando se es un niño, y se trepa por primera vez algo, un árbol, un muro, una silla o una mesa. Ese momento es solo una reacción del cuerpo por lo desconocido, por lo nuevo, algo común en esa etapa de la vida, cuando se escala por primera vez una montaña la sensación es una mezcla entre la irresponsabilidad y la conciencia de estar haciendo algo maravilloso y peligroso al mismo tiempo.

El peligro es algo intrínseco en la escalada, independientemente de que escales, como lo escales y de la dificultad de la via. Ese peligro madura con el tiempo, uno es mas consciente con el paso del tiempo de los riesgos que asume, pero no por eso la situación esta bajo control, en esta vida la muerte es algo que forma parte de nuestras vidas, y tal vez sea la ultima aventura que nos queda por vivir.

Como gente de montaña, estamos obligados a convivir con ella, desde luego todas las personas están obligadas a ello, pero nuestras aficiones nos acercan un poco mas a ella, lo asumimos, desde el primer día, aunque sea de manera inconsciente, pero siempre es una sensación que esta presente.

Recuerdo muy nítidamente mis primeros pasos en la escalada, son sensaciones que se repiten cada vez que subo una via, modificadas y mejor comprendidas cada vez, pero en el fondo es el mismo conjunto, hace mas de 15 años o hace unos pocos cuando abrimos una nueva via de casi 500m con dificultades que rondaban el 6b+/A2, desde luego este grado para muchos no sea algo para recordar y mucho menos para apreciar el sentido de la escalada, pero aquí es donde quiero hacer incapie.

Mi primera via fue un 6a (de aquellos tiempos) de 15 metros en un espolón rocoso y muy aéreo: Abigail, en las peñas de Guaita, un sitio muy cerca de valencia, seguro que muchos/as se acuerdan del sitio donde se iniciaron algunas generaciones de escaladores valencianos.

Después de andar-trepar durante 40 minutos , escalamos la via, subía de segundo y con mas kilos de los que debiera, recuerdo el momento de tocar la reunión, ver alrededor mio y contemplar el vació a mi alrededor, los valles y el mar a muchos metros por debajo de mi, en ese momento sentí algo que estaba buscando desde hacia mucho tiempo, tendría unos 17 años, desde entonces escalar a pasado a ser una de las mayores satisfacciones de mi vida.

En aquel momento escalaba con amigos que ahora ya no siguen en la escalada, o bien ya no podemos disfrutar de su amistad,o de su vida, afortunadamente no he perdido a mucha gente en las montañas, mas en la carretera, hoy escalo con gente que conocí en otro momento de mi vida, algunos los inicie yo mismo en esto de escalar montañas, otros me iniciaron en vias alpinas, algunos siguen a mi lado, otros no, algunos seguimos escalando y otros no, de lo que no cabe duda; es que este deporte es algo mas que eso, y solo la persona que consigue aceptar el riesgo que implica esta actividad continua en ella.

He tenido algún accidente, leves casi todos menos uno, recuerdo una via de 6c/A2 donde me agujere la mano después de una caída con toda la parafernalia de un artificial, con calma fije un fi-fi, baje unos metros, monte una reunión sobre dos espits, y me baje de alli, durante la maniobra, el rappel y las dos horas de descenso hasta el coche, no sangraba, tenia un agujero en la mano derecha por donde se podía meter un dedo pulgar, en cuanto vi el coche abajo en el valle, mi mano empezó a sangrar, después, en el hospital me comentaron que tal vez fuese por la carga de adrenalina, que es un coagulante de la sangre. La verdad es que tenia bastante temor a un lesión mas grave de lo que en realidad fue, pero ese temor no me bloqueo en el momento de bajar por los estribos, montar una reunión, bajarse los largos y llegar al coche, eso si, el miedo a tener una falange cortada o un hueso roto no es determinante para una vida, mas bien solo son pequeños contratiempos.

No sabría decir si el amor por las montañas, el ego, el riesgo, la adrenalina, o una larga lista que ya han descrito muchos autores, son las cosas por las que sigo escalando, de lo que si estoy seguro es que en conjunto definen muy bien lo que se siente, pero escalar es un puré de sensaciones, y como en un pure no se pueden distinguir los sabores, si se sabe que contiene, pero el sabor es único.

De niño cuando se dibujan las montañas se pintan como un pico escarpado que a todos nos recuerda a cimas como el cervino, el laila peak o la gran facha en mis queridos pirineos.

Tal vez por eso las montañas que poseen esta forma nos atraen de una manera especial, cuando escalo me siento un poco mas niño, o en palabras de Cesar perez de tudela “...escalar me hace sentir vivo...”.

De nuevo en Montanejos.

El pasado domingo, volví a montanejos.

Hacia mucho tiempo que no visitaba este mágico lugar, es especial y realmente si te atrae Montanejos, siempre vuelves.

Nos decidimos a desengrasar los músculos, sacar viejos cacharros y chatarra diversa que teníamos por casa, para empezar los gatos estaban mas duros que una piedra, sensibilidad igual a cero, todo el forro desecho y la suela (que necesitaba ya un recauchutado) despegada, es lo que tienen unos gatos tan viejos.

Comenzamos en techo copon, al minuto nos dimos cuenta de que las cosas, no son como eran, no pude ni acabar, y casi casi ni empezar, una via sencilla de las cortitas a la izquierda, nada que no hubo manera, mi cuerpo parecía un tronco de madera, o directamente un bloque de hormigón.

Asi que, tras sufrir de lo lindo, peges incluidos, y nos fuimos de alli cagando leches, para xulo panderas,, en xulo hacia un calor insoportable, asi que nos toco ir a "el sitio" es decir, iniciación, evidentemente las vias salían sin problemas, pero estuvo bien acabar a las 22:00 rascando algo por las vias de arriba.

Un buen domingo, el primero de "desatasque" muscular, mental y material, muchas cosas no cambian, las vias mucho mas lavadas, desde aqui me vuelvo a quejar del magnesio en rutas de V o V+ (iniciación en grado francés claro), una guía un poco extraña, con el grado en francés, un poco pobre para lo que existe en montanejos, unos guardas muy amables (y un poco caóticos en la organización de la cocina) un papeo muy bueno y bastante económico.

La gente, la de siempre y por supuesto caras nuevas, las piedras que todos subimos hacen su función de mesa sin problemas, la goma/cuerda aquella entre dos arboles, el boulder de la pared y de la construcción de uralita, han desaparecido, y el refugio esta un poco cambiado.

Como cosas negativas, pericondio esta lavada, en mi vida había visto tanta peña en montanejos, y la maimona esta muy sucia, da asco directamente, colillas, latas de cerveza, papeles, etc....

Pero todo es empezar, creo que Ernesto esta de viaje un tiempo,y la gente esta muy fuerte, volveré por septiembre, entrenando un poco antes a ver si sale algo de lo que salia antes.

Salud2

martes, 29 de julio de 2008

Recuerdos II

No he podido contenerme, hoy tengo ganas de escribir. Empiezo con una via que me marco, mi primera apertura en los pirineos, hace ya mas de 10 años ¿ó 15?, la verdad es que casi no me acuerdo, pero revolviendo viejas guias, apuntes, fotos, etc,,, me encontre con una hoja de papel donde estaba el croquis y la explicacion de esta via, una sencilla y facil linea por un granito excelente.

Enseguida recorde lo que me marco esta via, me abrio las puertas de la aventura, de motivarme para algunas cosas que vinieron despues, fue bonito, mucho y aun me saca una sonrisa ver aquellas fotos y recordar esos momentos.

Aixo amb pes, no es lo mateix. V+ 115m

Escalaba con un amigo que era especialmente bueno en su grado, con una motivación impresionante, pero desgraciadamente, o no, menos duradera que otras, poco a poco dejo de escalar y al final abandono por completo la escalada, hoy aun tengo algo de material de suyo y no tengo muy claro por que lo dejo.

Despues de subir 1.200m de desnivel en 3 kilómetros y previa semana con un virus estomacal que solo me dejaba consumir suero, llegamos al refugio de besiberri, actualmente no existe, el refugio estaba en plena arista cimera, era realmente un lugar maravilloso a 2.800 metros de altura, coincidimos con mas gente, había una cordada que pretendía escalar la punta harle, por la misma via que nosotros, por lo que decidimos subir al vecino pico besiberri por una via de escalada nueva.

Subimos el pico besiberri norte por la via normal, dormimos y al dia siguiente pensamos dar una vuelta por la morrena a ver si veiamos algo bonito y bajar 800 metros de desnivel y disfrutar una dia mas de la montaña, aunque fuese de bajada.

Al dia siguiente cuando estabamos llegando a la base de la via normal del besiberri central, me percate de la maravillosa roca que formaba la cresta cimera, decidimos atacar unas placas cercanas, estas no llevaban a ningun sitio en especial pero era muy atractivas, comenzamos a buscar un emplazamiento y nos pusimos a escalar, la via comenzaba con un muro vertical de granito de unos 12 metros, seguia por un buen terreno de grado III y enfilaba un diedro vertical muy bello.



En el 4 largo comenzaron las preocupaciones, era la salida de un diedro con piedras sueltas y bloques sueltos, la posibilidad de meter seguros era nula y aunque no pasaba de IV grado yo no lo tenia muy claro (por aquellos años escalaba 6b/6c como máximo y en deportiva ) al final acabe montando una solida reunión al pie de otro diedro, eso si los 45 metros del largo se hicieron sin seguros, recuerdo como tuve que mentalizarme de que no me podía caer, al ser un grado tan bajo, me decidí a hacerlo, al principio iba muy inseguro, pero después comenze a escalar con soltura y a convencerme de que un IV grado era algo donde no me podía caer, y menos en granito, donde no me iba a caer, donde podía subir sin seguros.

No olvide los riesgos que comportaría una caída de 45 metros de cuerda sobre una reunión, simplemente los asumí, me considere capaz de hacerlo y disfrute muchísimo, pero mas disfrute durante el 5 y ultimo largo, en este la dificultades ya rozaban el V+/6a pero podías meter casi un seguro cada 4 o 5 metros, con un paso tonto donde se creaba una pequeña barriga termine la via, la sensación fue increíble, a partir de ese día comenze a escalar mas tapia y menos deportiva, me convencí de que hay cosas que se pueden hacer, solo hay que plantearse la situación y resolverla.


Recuerdos I

Empiezo esta serie de varias entradas con un objetivo, que no se me olviden ciertas aperturas propias.

Siendo sincero, las tengo todas en papel, apuntadas y guardadas, lo de las fotos y croquis ya es otro cantar, algunas son papeles viejos, servilletas de bar, y en el mejor de los casos; fotografías que pasan por el escaner, así que calidad en ese aspecto no vais a encontrar.

Algunas vías me las he encontrado en recientes guías de escalada, sorpresa importante, no pensaba que nadie se acordaba de esas lineas facilitas y simples, otras ni lo se si existen, pero seguro que casi ninguna tiene repeticiones, no por su dificultad y/o exposición, mas que nada por que son vías que no publicamos casi nunca, y que mas bien, nunca le importaron a nadie mas que a sus autores.

Uno de los motivos que me llevan a escribir estas entradas es básicamente el placer de recordar esos momentos,ya bastante lejanos en el tiempo, pero que me hicieron sentir (y aun me hacen sentir) que estoy vivo, cierto, son palabras de Cesar Perez de Tudela, pero que se aplican a cada persona que disfruta de las montañas.

La verdad me ha gustado volver a escalar, y que mejor manera de empezar, que recordando aquellas aventurillas de hace mas de 10 o 15 años en muchos casos.


Salud2

El grado, esa palabra.

Muchisimo se ha escrito sobre el grado, no es mi intencion avivar la llama, tan solo reflexionar sobre esto, despues de un tiempo sin escalar.

La verdad es que despues de un paron tan largo (casi 3 años) uno se plantea las cosas de otra manera, digamos que veo una trayectoria de pensamiento que cambia con el paso del tiempo.

Al principio el grado no es nada.
  • Quieres escalar.
  • Te da miedo la altura.
  • Te da miedo caerte.
  • Te da miedo todo.
  • Piensas que no importa demasiado, lo importante es escalar.
Despues de un tiempo, el grado importa.
  • Lo importante es escalar.
  • Te motivas para poder tener mayores sensaciones.
  • Te gusta ir a mas sitios, escalar nuevas vias.
  • Empiezas a descubrir loq ue puedes hacer.
Cuando pasan los años, el grado importa, pero menos.
  • Lo importante es escalar.
  • Tienes mas grado, escalas mas.
  • Puedes ir a mas sitios, subir por mas vias.
  • Conoces las lesiones.
  • Asumes tus riesgos.
  • Sigues queriendo subir de grado.
Cuando no te acuerdas del grado ni de escalar.
  • Lo importante es escalar.
  • Subes por mas vias.
  • tu cuerpo no es el de antes, no aguantas.
  • Dominas tu grado.
  • Disfrutas de una manera distinta.

En resumen, ahora lo veo mas claro que nunca, el grado solo importa si vives de esto, o si quieres ver nuevas vias y sitios, al final lo que queda es la sensacion de superarse, y a veces no siempre se puede como uno piensa, y se descubre que escalando menos grado disfrutas, y que destrozandote tambien disfrutas, lo bueno es pasar por todo, nada como ir sobrado de grado, aunque sea 6a.

Salud2

Vuelvo a las montañas

Vuelvo a escalar.

Tras unos cuantos años sin pisar la roca, miento, si la he pisado, pero en plan de llevar a un colega o novia a probar “eso de la escalada”, lo que quiere decir que te asegura alguien que no tiene ni idea, que vas una vez al año y encima, sin entrenar, con miedo a que no te sepan asegurar (logico si nunca han asegurado) y con todo lo que ello conlleva, vamos que hacia casi 3 años que no volvia a la roca, y por fin he vuelto.

Han sido varios los motivos por lo que me fui alejando de mi valvula de escape, y tambien varios lo que me han hecho volver, pero es bueno sentir otra vez que tu cuerpo reacciona, que por muchos años que estes sin darle, la cabeza se acostumbra rapido, que hay cosas que no olvidas, y que el grado aunque baja muchisimo, algo se mantiene.

Tenia ganas de volver.